JUAN DE DIOS MACHAIN, EL FOTÓGRAFO DE LA MUERTE NIÑA
En una entrada anterior de este blog hablamos de la tradición vigente durante la época de la colonia y en el siglo XIX de pintar retratos de los niños que fallecían.
Con la invención de la fotografía, las personas más humildes, a quienes se les morían más hijos y que no tenían para encargar una pintura, pudieron pagar el acceso al ritual de 'la muerte niña'.
El historiador de arte Gutierre Aceve descubrió una colección de fotografías realizadas a finales del siglo XIX y principios del XX por el fotógrafo del pueblo de Ameca, en Jalisco, Juan de Dios Machain.
Por lo menos se conocen cien fotografías de ese tipo realizadas por don Juan, el retratista de la Muerte Niña en México, un artista de quien no se sabe mayores datos, que en ocasiones se movía hasta las casas de los niños difuntos para capturarlos en su entorno y con su gente.
En sus obras, la injusticia de la muerte prematura se atenúa con los paliativos del ritual y del recuerdo. La muerte de un niño pone en estrecha cercanía los extremos de principio y fin, nacimiento y muerte.
ROMUALDO GARCÍA, O EN GUANAJUATO LA VIDA NO VALE NADA
También a finales del siglo XIX sacó sus misteriosos retratos don Romualdo García, rey de los fondos pintados (Col. Fototeca Guanajuatense. Museo de la Alhóndiga de Granaditas. INAH):
EL FINAL DE LAS FOTOS POST MORTEM
El pintor David Alfaro Siqueiros narra en sus memorias (tituladas Me llamaban 'el Coronelazo') cómo alguien lo tomó por fotógrafo: "¡Señor fotógrafo, señor fotógrafo, venga usted conmigo! Mi papá quiere que usted retrate a mi hermanita que se murió ayer, porque mañana temprano tienen que enterrarla". David Alfaro Siqueiros habría de pintar más tarde Retrato de niña viva y de niña muerta.
Pasa el tiempo interrumpido,
pero el recuerdo no pasa,
en que el hermano querido
que para siempre se ha ido,
dejó triste nuestra casa.
Nicolás López Loera
María Luisa Corona Sánchez, del barrio de San Martín, Malinalco, muerta en 1954, a los seis meses, por un "vuelo de gallina" (La niña se asustó cuando el ave voló encima de ella), fue de los últimos críos en ser retratados con respeto y barroquismo, conforme a la tradición.
Con la foto de nota roja, el niño muerto dejará de ser 'angelito' y pasará a ser hermano de los lechones, cabritos y becerros sacrificados. Carne inocente trinchada. Pero María Luisa muere todavía como los niños de antes, y con ella, prácticamente muere el ritual de la Muerte Niña: